Adiós a un año
cargado de emociones, de cambios, de nacimientos de defunciones, de buenos y
malos momentos de encuentros y encontronazos de bailes, risas y llantos.
Como el hombre es el
único animal que tropieza dos o más veces en la misma piedra, volveremos
a entristecernos con las mismas cosas, nos sentiremos felices en momentos similares
y nos esperanzaremos con la vida.
Mi deseo para el 2016
es que todos; hombres y mujeres podamos compartir la ilusión de ver crecer a los
niños porque solo si pensamos en ellos, haremos un mundo mejor.
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