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lunes, 19 de agosto de 2013

COMUNIDAD DE PROPIETARIOS


Casi todos los años, al llegar las vacaciones de verano, visito a un amigo que pertenece a ese grupo  de familias que un día decidieron salir de la ciudad para disfrutar de una urbanización con claro ambiente vacacional, (piscina, jardín, club social e incluso una pequeña pista de squash).
Casi siempre tengo la sensación de que su cara de felicidad al enseñarnos año tras año,  las instalaciones, esconde algún secreto por eso cuando lo visito procuro prestar atención a las señales.
Mentiría si dijese que no es agradable pasar una mañana de domingo en su casa, primero nos hacemos un aperitivo en la terracita que da a la zona de piscina-jardín, luego una refrescante ducha  antes de meternos en la piscina para terminar tomándonos unas chuletas buenísimas asadas en la barbacoa de su terraza interior.
¡Eso es vida!
Lo único que me sorprende en tan idílico paisaje es la cantidad de carteles de prohibido que tienen rodeando las zonas comunes, cualquiera diría que son de acceso público y no privado.
-              Se prohíbe fumar
-              Se prohíbe comer-beber en este recinto
-              Se prohíbe jugar con balones
-              Se prohíbe ir en bicicleta
-              Se prohíbe hacer ruidos estridentes
-              Se prohíbe pasear con perros
-              Se prohíbe bañarse en la piscina a los no propietarios sin permiso del presidente…
Aunque estoy totalmente segura de que Luis ha solicitado ese permiso, mi baño siempre es corto porque    el cartel, no especifica cuanto tiempo tienen los invitados para permanecer dentro del agua pero siento muchas miradas fijas en mi diminuta figura.
Cuando le pregunto a mi amigo ¿Qué tal en la urbanización? Siempre me dice…! esto es para vivirlo!
Esta frase que Luis repite cada año unida a la serie de prohibiciones y mezclada con las miradas que siento como una losa en mi espalda cuando intento dar unas brazadas en la piscina , es lo que me hace sospechar,  lo difícil que debe ser vivirlo.




lunes, 12 de agosto de 2013

LA VOZ DE GALICIA

Una madre,  es un suspiro,  una lagrima en el mar
Un torrente en el camino, una senda por andar
Una madre;  es una estrella, es un túnel sin final
Es;  una voz en la noche, es, calma en la tempestad.

21-8-1913