VÍCTOR DEL ARBOL-Barcelona 1968)
Es una
novela para la reflexión.
Diego Martín es un hombre que acaba de cometer un crimen.
Diego Martín
ha llegado lejos en la vida; es profesor universitario, goza de buena posición económica, está casado y tiene una hija, sin embargo, no ha podido dejar atrás los traumas de una infancia muy dura, en la que sus padres no supieron darle el amor necesario para crecer con seguridad.
Su hermana Lidia, es un apoyo fundamental durante su niñez. Son cómplices en la tristeza de un hogar sin referentes, hasta que ya siendo los dos jóvenes, llega un momento, en el que a él los problemas de ella le superan y entonces, la deja sola, justo antes de que un accidente fortuito la deje en estado catatónico, totalmente aislada.
Diego, no se perdona el hecho de no haber estado más atento con su hermana, y trata de enmendarlo con visitas y atenciones en la clínica donde está ingresada.
En la clínica, a Lidia le asignan un joven enfermero; Martín Pearce, un chico aparentemente encantador, amante de su trabajo, con el que parece que todo funciona de maravilla.
Diego, descubre que ese muchacho, esconde un alma retorcida, llena de maldad, y que además usa ese poder con su hermana, que está ausente y desprotegida, por lo que acaba matándolo.
Diego hace algo que nunca creyó posible.
Es una historia de tormento llena de dolor que saca a la luz, como puede llegar a influir una infancia trágica, sin amor, llena de silencios, dureza e incomprensión.
La novela negra tiene esa visión siniestra de lo cotidiano, que hace que fluya en ella, la crítica social y en esta es palpable.
