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jueves, 21 de agosto de 2014

CUÉNTAME UN CUENTO


Si desde niños tenemos la capacidad de imaginar amigos invisibles con los que hablamos a diario e incluso nos peleamos de vez en cuando.
Si somos capaces de convertir las sombras de las cortinas, en  animales enormes que nos intentan proteger/devorar cuando dormimos.
Si cada canción que nos cantan y cada cuento que nos cuentan, lo transformamos en imágenes en nuestra mente…
¿Por qué dejamos de imaginar?
Si siguiésemos ejercitando esa capacidad, sería imposible que algo por sorprendente que fuera, nos dejase sin reacción.

Me dicen, me cuentan, me comentan que seguramente, nuestra mente, se va desprogramando cuando empezamos a ir a la escuela, por ese afán que existe en la mayoría de ellas de enseñarte a memorizar una retahíla de cosas que no comprendemos.
Lo más probable es que al tener que hacer tanto esfuerzo memorizando, se nos vaya mermando la imaginación…

! Ya está todo hecho, solo hay que repetirlo y cuanto más exactamente mejor!

Si seguimos escuchando cuentos, leyendo e imaginando historias, no perderemos nunca esa capacidad natural de imaginar y cuando lo necesitemos, podremos utilizarla  para conseguir lo que queremos.



martes, 5 de agosto de 2014

LA PIEDRA FILOSOFAL


Cuando empezamos a programar las vacaciones de verano, no nos damos cuenta de que uno de los objetivos principales que deberíamos perseguir en este periodo es el descanso tanto del cuerpo como de la mente.
“El Opus Magnum”-(La Gran Obra)
Cada año, nos lanzamos a ver las alternativas que tenemos para los días de vacaciones sin pensar en más.
Empezamos a barajar posibilidades, ayudados de GOOGLE, TRIVAGO, y todas las páginas conocidas en un intento de conseguir la mejor oferta.
Estamos tan obsesionados en conseguirlo que no valoramos ni la temperatura del lugar, ni las aglomeraciones, ni las colas, ni las horas de vuelo…solo intentamos que sean !las mejores vacaciones de nuestra vida!…cada año mejor que las anteriores y eso al final, puede producirnos frustración.
Si fuésemos capaces de pensar como los niños, nos daríamos cuenta de lo fácil que se puede  ser feliz en vacaciones.
Cuando terminan las vacaciones escolares algunos pequeños, no se acuerdan ni de sumar.
Los adultos por el contrario muchas veces, regresamos después de 15 días a nuestro trabajo sin haber conseguido ese añorado descanso.
Ayer; en el tercer día de mis vacaciones  de verano, me di cuenta de que estoy rodeada de gente que ha sido capaz de encontrar ”La Piedra filosofal”, gente que ha conseguido transformar el plomo en oro o lo que es lo mismo un juego de cartas que se llama “El continental” en la Felicidad celestial”.
¿Cómo puede ser?, tan sencillo como que en los 30 años que los conozco (presupongo que venían haciéndolo algunos años más) no han pretendido más de las vacaciones.
Disfrutan hasta tal punto de reunirse todos las tardes del verano para jugar con los amigos a ese estu…pendo juego que por unos días se convierten en niños de vacaciones.
Son capaces de:
Enfadarse y desenfadarse en una sola partida.
No levantarse de la mesa en las 4 horas de media que les viene a durar el juego.
Ponerse de punta en blanco cada tarde para acudir a su cita aunque esta, sea en el mismo edificio en el que viven y en el miso que por la mañana han estado con los mismos amigos tomándose delante de la piscina un aperitivo.
No aburrirse nunca de jugar al mismo juego.
Incluso; hacer como hacen los niños, felices de cualquier urbanización, ellos son capaces  de preparar el campeonato de las 24 horas de Continental.
Pues, este año, ellos, son, mis héroes del verano y después de tanto tiempo viéndoles hacer lo mismo sin descanso alguno pienso que son ellos los que han alcanzado la felicidad aunque eso conlleve, no moverse del edificio en un mes, más o menos.
Además, ellos son un ejemplo para las nuevas generaciones que ya se ve como han heredado las mismas pautas de comportamiento, lo que supone para los padres jóvenes, un gran alivio.
 Cómo y con qué ánimo volverán a sus respectivos trabajos es un tema que desconozco…
A veces las verdaderas vacaciones consisten solo en disfrutar de lo cotidiano.

A veces nos empeñamos tanto en ser felices, que no vemos lo fácil que podemos ser felices.