Algunas veces te alejas de un
problema, para intentar olvidar, otras para llegar a comprender.
Al huir no siempre encuentras la
paz deseada. El cambio lleva implícito
retos y nuevos problemas pero en eso mismo, reside su interés.
Blanca Perea la protagonista de
la novela, nos cuenta en primera persona
como intentando huir de Alberto, su ya ex marido que espera un hijo de su nueva
pareja, tropieza con otras vidas, otros acontecimientos y otras historias tan
tristes o más que la suya que le obligan a la reflexión y le ayudan a abrir su
mente.
La beca que consigue a través de la
fundación privada FACMAF como profesora universitaria la lleva a la universidad
de Santa Cecilia en California donde encuentra
a los estudiantes manifestándose para que no se construya en los terrenos
colindantes un Centro Comercial.
Blanca no podía imaginar que
catalogar el legado del hispanista profesor de dicha universidad Andrés Fontana,
fallecido ya hace 30 años, pudiese llegar a ser tan triste, extenuante y a la vez tan lleno de interés, llevándole a conocer no solo al personaje, sino su entorno,
sus amigos y otro ámbito desconocido para ella; las misiones religiosas que los
jesuitas y los franciscanos fundaron en California en el S. XVIII y que fue la
base del actual Estado, de ahí sus nombres (San
Rafael, San Francisco, Santa Clara, Sonoma...)hasta 21 en la alta California.
La llegada de Daniel Carter amigo
íntimo de Fontana, a la vida de Blanca, al principio parece una ayuda en su
trabajo pero conlleva una doble cara que ella, descubrirá y le hará sentirse manipulada. Los episodios de oscuridad,
intriga, dolor y pasión, llevan a la
protagonista a reconciliarse con el pasado y asumir con fuerza renovada el
presente.
E.I
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