Tengo una nieta de cuatro años
que cuando está malita, se enfada, protesta, se queja, se enfurruña…Sus papis
se agobian porque no saben qué le pasa, piensan que tiene mal carácter que a lo
mejor son celos de la hermana en fin no saben que pensar ni cómo actuar.
Ella, con 4 añitos ha tenido
tiempo para darse cuenta que cuando algo le duele, le molesta o le fastidia, si
se queja, llora o grita, se convierte en el centro de atención de la casa y más
allá… y aunque no consigue lo que quiere que es simplemente estar bien, por lo
menos mitiga el malestar.
Estos días de confinamiento cada
uno de nosotros hemos tenido que quitar de nuestro día a día un montón de cosas
que nos distraían, nos alegraban, mantenían nuestra mente en funcionamiento
constante y nos unía a la gente que queremos.
Ahora que de un día para otro, nuestra vida ha
cambiado, o nos espabilamos, o en breve nos podemos convertir en niños
necesitados de que alguien nos preste atención-
Así que arreglémonos como antes
hacíamos, hagamos ejercicio, distraigámonos, contactemos con nuestra familia,
amigos, vecinos…y sobre todo mantengamos la cabeza ocupada; en la mente se
cuece lo mejor y lo peor de nosotros mismos, mucho cuidado con dejar ese cocido
sin vigilar.
E.I
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