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martes, 2 de septiembre de 2014

EL FINAL


A veces después de  asistir a un acto de despedida piensas si esa persona a la que despides, pudo imaginar  en vida, lo mucho que la admiraban, lo que realmente sentían por él y como lo querían y es entonces cuando te surge la pregunta…

¿Se lo habrán dicho antes?

Cuando el funeral es católico y además lo dirigen unos sacerdotes que pertenecen a una comunidad educativa, es más emotivo si cabe que cualquier otro.

Este mes de agosto, estuve acompañando a la familia de un vecino que se fue desprevenidamente.

A veces sucede que crees conocer a la persona pero realmente no sabes nada de ella.
Me sorprendieron tantas cosas que me dio pena no haber podido conocerlo mejor.

A veces te quedas solo con una imagen de alguien y esa imagen, te acompaña siempre sin más, da igual si es la mejor o la peor imagen, es la que tú vas a tener de ella.

Si dedicásemos más tiempo a los que nos rodean, seguramente no sorprenderíamos pero eso requiere de un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a hacer.

Cuando analizamos la vida de los animales que nos rodean, nos hacemos miles de preguntas…
 ¿Por qué ladrará ahora?  ¿Por qué mueve la cola y porqué …
Lo queremos saber todo de ellos y tratamos incluso de responder por ellos aunque seamos conscientes de que estamos haciendo una libre interpretación de sus sonidos.

En cambio; a veces con una persona de nuestro entorno, no hacemos ni el más mínimo esfuerzo y puede pasar una vida entera  sin saber de ella nada más que vive en el 5º compra pan integral  y es profesor de un colegio de curas…





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