La novela cuenta en primera persona la vida de Candela; una camarera de 40 y pocos años que comparte el trabajo en el bar con su abuela y su madre que está tuerta.
Chica, chico, complejos, frustraciones, maltratos, amores tardíos…
Un pequeño negocio familiar. La muerte de la madre que nos asalta sin pena ni gloria. Un novio que por fin confiesa que es gay. Un padre muerto maltratador. Unos hermanos desconocidos que aparecen de repente. Una herencia y más.
La novela rosa no me atrae. Candela ganó el premio Primavera de novela 2019.
Su lectura, me ha evocado la época en que acompañaba a mi hermana Elena a un quiosco en la Gran Vía para que cambiase la novela de Corín Tellado que había terminado.
Ese quiosco me daba mucho asco, era cutre hasta la saciedad. Los libros de tan usados, no se podían cerrar, permanecían medio muertos apilados en unas estanterías desvencijadas. Olía a viejo y daba miedo pero mi hermana quería seguir leyendo y a mí, me gustaba acompañarla.
Candela es un relato novelesco de hoy.
Una novela ligerita me dijo Amparo. Nunca se equivoca.
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