Estoy nerviosa, no sé que poner.
Ayer me encontré con una amiga y me dijo que desde
que se caso hace ya 38 años, todas las Noche Buena hace ella la cena, tímidamente
le pregunté a cuantos esperaba dar de cenar y me dijo…"seremos 18"
¡DIECIOCHO PERSONAS!
Que fuerte me parece que yo esté indignada porque somos 9 a
cenar en Noche Buena…
Odio la cocina, aunque eso esté muy mal visto hoy en día pero
es así y si la comida es para más de 5 o 6 entonces ya me parece un despropósito.
Lo sé, no tengo remedio, cocino por pura necesidad pero no
disfruto, no tengo esa capacidad de sentirme encantada al ver como se ensucia toda la cocina, se manchan todos
los platos, se llena la basura de desperdicios…
Lo único que me hace sentir bien es montar la mesa, debe de
ser porque el mantel de Navidad es tan colorista que me transmite energía pero
hasta ahí.
¡Yo alucino con la grasa! ¿Ese elemento de donde sale?, como
puede ser que esté en todas partes, !es omnipresente! y crece en proporción al
número de comensales.
Aun no sé que voy a preparar de cena pero sé que disfrutar,
lo que se dice disfrutar, seguro que no.
El que se encarga de esa Cena o Comida de Navidad, sabe a
priori que no se va a enterar de nada, no va a saborear ningún plato y además
no podrá terminar de escuchar ni una sola conversación así que suerte con la
grasa y…
¡FELIZ NOCHE BUENA!
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