Ahora los coches, ya no se
conducen las luces no se encienden, no se compra con dinero, hay comida transgénica
y otra de imaginación…
Cuando piensas; hoy quiero
comer alcachofas fritas, enseguida te surgen preguntas;
¿Eso es bueno, es malo, se deben freír,
es mejor cocerlas, le quito más de lo conveniente, debería aprovechar la parte
exterior?
Aun recuerdo cuando era malo el
aceite de oliva porque estaban promocionando el de girasol y necesitaban que
dejásemos por una temporada de consumir oliva.
Más tarde fue el pescado azul, la
carne roja, la sal, los colorantes alimenticios, los azucares.
¡Ojo con la pizza y mucho cuidado
con las palomitas de maíz, las hamburguesas, el beicon etc.etc.etc.!
La generación anterior, que es la
más longeva que se conoce en la historia de la humanidad, tenía como credo en
referencia a la alimentación que hay que comer de todo, lo más variado posible
y en cantidades moderadas.
Ellos inventaron la merienda y el
almuerzo y con las 5 comidas llegaron y llegan a los 90 y muchos años, sin
alardear de nada.
Lo que menos hacían era
ejercicio, utilizaban muy pocas cremas, no sabían nada de cirugía estética, de botox, ni de bollería industrial.
Sus hábitos de vida eran sociales,
no se sentían ridículos bailando, entonando canciones, recitando versos ni contando batallas.
Ni su vida ni su alimentación fue
biónica, su ADN era único e inalterable.
La publicidad, nos manipula hasta
hacernos creer que todo es por nuestro bien pero la realidad es que todo es un
negocio.
Un negocio dentro de otro negocio
que a su vez, pertenece a otro negocio, así que lo mejor será elegir lo que más nos conviene y no dejar que nadie, negocie por nosotros.
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