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miércoles, 26 de marzo de 2014

La Codicia


¿Cómo o cuando, nos convertimos en codiciosos?  
La codicia empieza a tomar cuerpo cuando ya no nos conformamos con lo que hemos conseguido con nuestro esfuerzo y deseamos más y más y más.
“He terminado la FP, ahora tengo que empezar a moverme”
Para conseguir esos ansiados bienes, posición o fama, se recurre primero a pequeños engaños,  trampas,  triquiñuelas inofensivas  que el codicioso, va aplicando cada vez con más asiduidad.
“Solo he maquillando un poco mi curriculum”
En poco tiempo, esos recursos, se  quedan cortos y para conseguir sus objetivos, tiene que dar un salto cualitativo…
¡Una dirección general!
Ahora es el  tiempo del  engaño. La corrupción se adueña de su ser tan lentamente que va forjándose al mismo tiempo una capa impermeable que le cobija y le hace ver todo con gran euforia…
”Estos 5 mil millones sobrantes pásamelos a la otra cuenta”
Consigo lo que ansiaba luego estoy en lo correcto. La gente me admira por lo que he logrado, puedo seguir mi camino.
“!El aeropuerto del abuelo!”
La codicia no tiene límites y sobrepasa constantemente los límites de lo lícito.








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