José Saramago (16-11-1922- 2010)
nació en Azinhaga Portugal. Premio Nobel de literatura en 1998.
Este es un cuento
que habla de reyes y vasallos, de puertas para entrar y puertas para salir.
Habla de la burocracia, de la sociedad existente en la que los de arriba
esperan ser obsequiados por la clase media y estos a su vez necesitan ser
atendidos por los de más abajo. Habla sueños, habla de
nuestro yo desconocido, y de la búsqueda constante de nosotros mismos.
Resumen:
El palacio donde
vivía el rey, tenía muchas puertas pero al rey, le gustaba estar siempre atendiendo
la puerta de los obsequios, porque allí recibía los regalos de sus súbditos.
Un día llamó un hombre a la puerta de
las peticiones y la mujer de la limpieza la entreabrió, como hacía
siempre. El hombre le dijo, que quería ver al rey. El rey nunca iba a esa
puerta a recibir a nadie, él estaba en la puerta de los obsequios recibiendo los regalos, así que la mujer le dijo que no podía ser. El hombre
insistió: - hasta que no me reciba el rey, me quedaré tumbado
esperando en esta puerta.
La mujer de
la limpieza muy agitada, se lo fue a contar al rey que llamó al primer secretario para que
lo solucionase, el 1º secretario, llamó al 2º secretario, que se lo dijo al 1º
ayudante el cual se lo comunicó al 2º ayudante que mandó a la mujer de la
limpieza que lo arreglase.
Cómo el hombre no
se iba de la puerta, de las peticiones, se estaba empezando a formar una gran
cola de gente que empezaron a gritar; Recíbelo, recíbelo…
Al fin el rey,
abrió de par en par la puerta de las peticiones y le dijo:-que quieres- -quiero
un barco--para qué quieres un barco--para buscar la isla desconocida -
El rey dijo; no hay islas
desconocidas, todas están en el mapa- -las que están en el mapa son conocidas,
la desconocida no pueden estar en el mapa-
El rey se quedó ‘pensativo y le
dijo si la encuentras, me la darás y el joven le dijo- No, no te la daré.
Entonces, dijo el rey, no te puedo
dar el barco y cerró la puerta de las peticiones.
La gente que estaba amontonada en la
puerta y en las ventanas que daban al palacio empezaron a gritar;-Dale el
barco, dale el barco…
Tanto gritaron que el rey volvió a
abrir la puerta de par en par y le dijo.- sabes navegar- No pero aprenderé en
el mar- El rey le dijo si no sabes navegar no te puedo dar un barco grande pero
tampoco te puedo dar uno pequeño porque naufragarías enseguida y me echarían a
mí la culpa; te daré un barco mediano. Toma esta tarjeta y ves al puerto y le
dices al capitán que te de un barco.
Así el hombre se marchó y dejo
libre la puerta de las peticiones.
La mujer de la limpieza que estaba
escuchándolo todo muy atenta, pensó que ya no limpiaría más palacios, se
dedicaría a limpiar barcos y cogió sus cosas y se marchó por la puerta
de las decisiones, detrás del joven.
Un suceso real inspiró a Saramago para escribir este relato, que nos habla del hombre; de sus virtudes, sus aspiraciones, su voluntad, de orgullo de avaricia, de todo lo que nos hace ser y dejar de ser.