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viernes, 23 de febrero de 2018
martes, 13 de febrero de 2018
LA RADIO Y MÁS
No me gustan nada los “Días de…” pero
algunas veces, no tengo más remedio que unirme a las celebraciones.
Mi relación con la radio, se
podría decir que ha sido tormentosa, pues comencé odiándola con toda mi alma
infantil.
De niña, la radio aparcería los
fines de semana con las voces características de los locutores deportivos, y
más concretamente, los que radiaban los partidos de fútbol: gritos, estridencia,
repeticiones…
Había un pitidito que señalaba el
cambio de conexión con los distintos
campos, era como un ¡pipipipi! que
penetraba en mi cerebro hasta el punto, de tener que taparme los oídos o cantar “por lo bajini”
para que no me molestase tanto.
Escuchar la radio mientras
volvíamos de la playa, o regresábamos de un día de sol en el campo, era una
pesadilla, porque ese sonido aparentemente alegre del locutor contando lo que
sucedía en el campo, era como un revulsivo para mi padre.
Al parecer, cada jugada era una
pérdida y cada “pipipi!” conectando con “San Mamés” era una frustración detrás
de otra.
Si solo hubiese sido
tristeza…pero era mala leche lo que le producía, era un desánimo terrible, era
un arrancar con fuerza en los semáforos y perseguir al que le intentaba pasar,
era tocar el claxon, a diestro y siniestro y maldecir a cualquiera que se parase
a su lado.
Qué efecto tan perverso le
embargaba cuando perdía su equipo; El Athletic.
Cuantas veces soñé con que se
apagase el aparato un domingo, y ya no pudiese oírlo nunca más.
El Athletic de los 60, perdía
muchas veces. Eso sí que lo puedo recordar.
Así que aquel transistor me
producía rabia, tristeza y ganas de
huir.
La radio, en esa época, era
también comer en silencio, porque oír las noticias era escuchar que habían
asesinado a alguien, sin que nadie te explicase que pasaba…
La radio, en mi infancia, no me
acompañaba. Me deshacía, me atemorizaba, me encogía.
No sé cuánto tiempo tuvo que
pasar para volver a encontrarme con ese aparato, sin temor, pero pasó y sucedió
que lo encontré. Seguramente en una de mis épocas de paro, así como pasan las
cosas; por casualidad.
Ese encuentro fue como si me
hubiesen presentado a un nuevo grupo de amigos, con los que cada día podía
encontrarme y que me hacían participes de sus cosas.
Descubrí que aquel pequeño
aparato que me llevaba por toda la casa mientras ordenaba un armario, o pasaba
apuntes a limpio, o recogía la ropa, era un compañero más.
Tuve el privilegio de escuchar a Luis del Olmo y a Iñaqui Gabilondo y tenerlos
tan cerca o más que a mis amigos de la
playa.
Sus tertulias fueron también
las mías. Sus invitados, entraron en mi
casa, y en sus debates, encontré información para formar mi propia opinión.
He tenido la suerte de poder asomarme
a “La ventana” de Gemma Nierga, y pasar las tardes acompañada de personas tan
increíbles como; Terenci Moix, Juan José
Millas, Boris Izaguirre, Ernest Lluch, Juan Carlos Ortega…¡Qué maravilla!
He perdido muchos amigos de la
radio, pero aún así con ella sigo.
Lo mejor es que aun pude darle a
conocer a mi padre esa versión distinta de la radio, y hacerle ver, en su vejez,
que también servía para distraerse. Que podía llenarle espacios de tiempo que tenía por
llenar. Que la radio no solo era fútbol.
Mi relación con la radio pasó del
odio, que le tuve en la niñez, al amor con condiciones, o sea, al amor verdadero.
jueves, 8 de febrero de 2018
SOCIALMENTE ALTERADOS
A veces, cuando escuchas las noticias te preguntas ¿que nos está
pasando?
¡Parece que la
sociedad, esté enferma!
Pero un enfermo, se refugia, se para, se queja, está
afligido, intenta curarse.
¿Tenemos esos síntomas?
Yo veo más gente envalentonada que decaída
Más gente machacando al prójimo que intentando sacarle del
hoyo
Más insultos en las redes que halagos
Más comprar por comprar que reciclar por reciclar
Más gente mirándose a sí misma que mirando por los demás
Más mujeres y hombres separados que hombres y mujeres compartiendo
hasta el dolor
Necesitamos un/una psicóloga por habitante, una/un
ecologista por familia, una/un feminista por varón y una/un sociólogo por finca
¡Hasta una frase como esa, puede provocar un altercado por el
uso del un o una!
sábado, 3 de febrero de 2018
GOYA DE HONOR 2018
EN LA 32ª EDICIÓN DE LOS PREMIOS GOYA ME ES GRATO ANUNCIAR EL
GOYA DE HONOR 2018 PARA
PEREGRIN GURREA
INGENIERO A LA FUERZA QUE CON SU ESPECIAL SENTIDO DEL HUMOR
Y SU PARTICULAR VISIÓN DE LO CORRECTO, HA SABIDO TRASPASAR LA BARRERA DE LO
TRAGI-CÓMICO A LO LARGO DE TODA SU TRAYECTORIA ARTÍSTICA HABIENDO SIDO NOMINADO
EN 11 OCASIONES EN LAS SIGUIENTES CATEGORÍAS:
MEJOR DOCUMENTAL POR “UNA INFANCIA FELIZ” AÑO 1970
MEJOR DIRECCIÓN NOVEL POR “MI SUEGRA GALLEGA” AÑO 1971
MEJOR ACTOR REVELACIÓN POR “NO CONTRADIGAS A UN VASCO” AÑO 1972
MEJOR ACTOR DE REPARTO POR “EL REPUBLICANO Y LA FEMINISTA”
AÑO 1976
MEJOR GUIÓN ORIGINAL POR ¡TENGO UN HIJO! AÑO 1979
MEJOR GUIÓN ADAPTADO POR ¡A ESTE PARTO, ENTRO YO! AÑO 1985
MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN POR “LA FAMILIA ME LLAMA” AÑO 1991
MEJOR MONTAJE POR “NOVENO TRASLADO” AÑO 1992
MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA POR ¡ES TU MEJOR VERANO! AÑO
2000
MEJORES EFECTOS ESPECIALES POR ¡AUNQUE NO TE LO CREAS, TE ESCUCHO!
AÑO 2005
MEJOR PELÍCULA POR ¡MI VIDA CONTIGO! AÑO 2018
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