Ayer fue un sábado más en la vida
de cualquier ciudad. Un sábado de esos que utilizamos para evadirnos e
intentamos utilizar al máximo con varias intenciones una de ellas para poder
presumir el lunes de que aun estamos vivos.
Una de las opciones de los sábados
suele ser el cine y aunque reconozco mi pasión por el séptimo arte, también
reconozco que en los espacios cerrados y oscuros, no me siento demasiado cómoda
y por tanto siempre ando un poco retrasada en cuanto a los estrenos
cinematográficos.
Ayer, sábado fui al cine; ¡Me
encantó ir!, no es comparable a nada…el sonido, la imagen, hasta esa obscuridad
que no me gusta demasiado, reconozco que es necesaria para que en ese momento,
tú, formes parte del propio argumento.
La peli “Trance”, del Danny Boyle que según dijo en una entrevista
reciente, estaba deseando hacer algo más truculento después del encargo de los juegos olímpicos de Londres.
En la sala B del ABC Park que
deben de caber unas 500 personas, éramos como mucho 50 o sea el 10%, “un
grupete de amigos”, por cierto, sin aire acondicionado…
Se me ocurrió hacer el siguiente cálculo;
La entrada costaba 8,20€, como
éramos dos, pagamos 16,40€, casi 20€.
En la sesión de las 22,45h, éramos 50 personas aproximadamente por lo que la
recaudación fue de 410€ (eso contando con que no hubiese pensionistas…!que me
consta que los había!, pues su entrada costaba
7€, lo cual baja la cifra de recaudación.
Si en vez de 8,20 lo pudiesen
poner a 5,00€ como mínimo ayer hubiesen entrado 200 personas, (no es una cifra
al azahar, es una realidad constatada en el cine de mi barrio que por 4€, los
sábados, te ponen dos pelis de reestreno y las colas que se forman, son infinitas). La
recaudación se hubiese ido a los 1000€, más del doble.
Si entre todos hacemos un
esfuerzo podremos seguir soñando.
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