Ya nadie calcula el saber
del otro por los libros que posee pero eso no les quita ningún valor a ellos, ni
a su consumo por mucho que éste, llegue a ser masivo.
El libro guarda en su
interior un factor sorpresa que nos hace pensar, reflexionar e incluso compartir.
Cuando finalizas un libro
se produce un vacío porque ya nadie te sigue contando. Ese es el momento de
dejar que el libro inicie un nuevo viaje porque cuanto más viaja, más crece y
más te enriquecen.
Para no indultar todo lo
que leo y dejar que cada uno siga su propio destino, cuando termino la lectura,
le hago una foto, abro un archivo con su nombre, escribo unas líneas sobre la
impresión que me ha producido y luego intento conseguirle un vuelo porque sé
que donde llegue él, llegarán también mis
emociones.
E.I